Motivación personal y objetivos
Así que de alguna forma, nuestro objetivo, es realizar un estudio de la región de la Península del Yucatán, de su historia, el clima y sus principales agentes meteorológicos, así como también el interés por la orografía e hidrografía y sobretodo por su población, con las diferentes culturas y tradiciones.
El 33% de su población habla alguna lengua indígena, principalmente maya. Esto le coloca entre los estados con mayor población indígena.
A pesar del gran atraso económico que experimentan aún muchos de los municipios yucatecos, la esperanza de vida es de 74.6 años; y el 90% de su población es alfabeto.
El 85% de su población se declara afiliado a la religión católica, al igual que le media nacional.
Según los censos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en 1970 eran hablantes de maya 40% de un total de 758.355 habitantes de la Península de Yucatán, mientras que en el año de 1990 se registró un 34.6% de hablantes de esta lengua vernácula de un total de 1,362.940 habitantes, incluyendo en ambos casos tanto a los monolingües como a los bilingües de maya y español (cf. Güémez Pineda, 1994).
Año | Población total | Bilingües | Monolingües |
1930 | 386,096 | 129,119 (33.4%) | 113,179 (29,3%) |
1940 | 418,210 | 167,538 (40.1%) | 98,447 (23,5%) |
1970 | 758,355 | 303,075 (40.0%) | 54,195 ( 7.1%) |
1990 | 1.362,940 | 472,163 (34,6%) | 40,355 ( 3.0%) |
La región henequenera ha sufrido el mayor impacto del cambio social en Yucatán desde los años 60 , mientras que la región maicera sigue siendo la más conservadora y tradicional tanto en las prácticas culturales como en el uso de la lengua maya. Las comunidades pesqueras presentan menor número de hablantes de maya.
A pesar de que Lope Blanch, en uno de los primeros estudios sobre el español de Yucatán (1984b), establece que este estado es el de mayor bilingüismo de todo México y define la lengua maya como adstrato de su contraparte española, en la actualidad el uso del maya resulta cada vez más restringido al ámbito privado y familiar, en el cual puede llegar a tener la función de una lengua privada entre esposos (cf. Arzápalo,1969; Kummer,1982; Pfeiler,1988,1993,1993a,1997, y Pfeiler&Franks, 1993).
Si se toman en cuenta la falta de prestigio del maya por no ser lengua oficial como el español y el decremento de hablantes monolingües de maya, así como la tendencia general a usar el español con los niños durante la primera socialización, no podemos dejar de reflexionar sobre la vitalidad etnolingüística de esta comunidad. Según Giles et al. (1977) existe vitalidad etnolingüística cuando un grupo se comporta como una unidad colectiva y activa pero se distingue de otro en situaciones intergrupales. Utilizando el modelo de Giles et al. (1977:309) presentamos una taxonomía de las variables que afectan la vitalidad lingüística del maya.
Fuentes: www.mayas.uady.mx/ ; www.explorandomexico.com
M. en C. Lupita Zetina
Estudiante de Doctorado en Antropología UNAM